
Imaginá una taza de té. Sentí su aroma. Experimentá la sensación de la infusión desplegándose en sus múltiples sabores. Ahora soñá con un universo lúdico creado alrededor de ese conglomerado de sensaciones. Jugá a ser chico otra vez, cuando con los objetos cotidianos te animabas a crear situaciones. Ese mismo impulso es el que condujo a la dupla Minimian a coquetear con las delicias de todos los días. Espíritu petit que se revela en cada fotografía. Así, un ejemplar de patisserie se renueva con escaladores que la investigan, una crême brulée se ve invadida por una dotación antiflama o unos bloques de azúcar intervenidos por inquietos parroquianos. Akiko Ida y Pierre Javelle conforman el binomio que se esconde detrás de la lente que concibe estas genialidades liliputienses.
